Jueves y viernes santos son días de reflexión en la liturgia católica. Se consideran los días del señor y de acuerdo a los cánones de dicha religión, las personas deben evitar reuniones y diversiones, como un tributo a la muerte del mártir del calvario.
Y aunque en México somos un pueblo inmensamente católico, las playas, los sitios turísticos y la diversión se ponen por encima de lo que recomienda la Iglesia Católica.
Sin embargo, al margen de lo que hace la mayoría, son días de recorridos y estrategias para los candidatos del Poder Judicial, los que deben reflexionar sobre las acciones a seguir para alcanzar el respaldo ciudadano en las urnas.
Hasta ahora la elección judicial no permea en el ánimo de los electores, los más de ellos desconocen en qué consiste dicho proceso electoral y que se debe hacer, aunque si saben que acudir a las urnas es la respuesta.
Le resulta difícil a los organizadores de los comicios explicar de que manera se debe votar y como se dividen las diversas boletas y más enredado se encuentra el tema en los dos estados que tendrán que elegir a sus munícipes.
Son demasiadas boletas dicen algunos que se muestran renuentes para acudir a los centros de votación, otros manifiestan desgano y la gran mayoría desconoce quienes son los candidatos y las funciones que ejercerán cada uno de los seleccionados.
De ahí que los organizadores deberán instrumentar otras estrategias que les sean más sencillas de comprender a los ciudadanos.
Pero los aspirantes a jueces, magistrados electorales, magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial y los ministros de la Corte deben acelerar los pasos para compenetrarse con los votantes.
Tanto las autoridades tienen una tarea nada sencilla, como los candidatos tienen la propia de darse a conocer, para evitar que la elección del Poder Judicial sea una ridiculez, a la que nadie atiende.
Se mencionan cifras entre el 10 por ciento o 20 por ciento de sufragantes, lo que es una cifra insuficiente, con todo y que es la primera de muchas elecciones de ese tipo que habrá en el futuro, por lo que se debe concientizar a los votantes para que acudan a las urnas.
México no es un ejemplo de una democracia participativa, ya que los números no son muy halagüeños, solamente la disputa por la Presidencia de la República atrae a los votantes.
La elección de 2024 tuvo un 61 por ciento de votantes; la de 2018 63 por ciento; la de 2012 63 por ciento; la de 2006 58 por ciento 63 por ciento y la de 1994 fue la más concurrida con un 77 por ciento de sufragantes. Esta última ocurrió dentro de un mar de incertidumbre por el asesinato de un candidato presidencial, favorito en las encuestas y la irrupción de un grupo que se levantó en armas (EZLN) y retó al gobierno.
Esas cifras son alentadoras, aunque solamente se refieren a las presidenciales y en todas las demás los números descienden, pero no al nivel del que ahora se cree quedará reflejado el primero de junio.
La tarea de todos no es sencilla, ya que solamente faltan 40 días para que los ciudadanos acudan a las urnas y se requiere de motivaciones, explicaciones y conocimiento para que voten y no dejen las ridículas cifras que se anticipan.
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La guerra del tomate trae movidos a diversos sectores del país, los que se muestran nerviosos, aunque será dentro de tres meses cuando se sepa cómo queda…El viernes no se publicará esta columna, será hasta el lunes que reaparezca, gracias y buen fin de semana.
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Ramón Zurita Sahagún
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