Por Edgar Hernández*
La adquisición, planeación y proyecto fue de Fidel Herrera, los cimentación y construcción hasta su terminación correspondería a Javier Duarte, la primera inauguración la llevaría a cabo Miguel Angel Yunes, para que el siguiente sexenio se sucediera una apresurada inauguración a cargo del atarantado Cuitláhuac, pero quien se adjudicaría todo el crédito del Hospital Materno Infantil de Coatzacoalcos sería Rocío Nahle.
La gobernadora pondría el pasado fin de semana el nosocomio en charola de plata para que en el marco de la visita de la presidenta Sheinbaum cortara el listón y abriera sus puertas tan anhelado hospital, que horas después sería cerrado ya que está inconcluso.
Bien guardadito que se lo tenía la gobernadora. Todo en la discreción, mátalas callada, en secreto para evitar la crítica.
Ni la opinión pública, ni los medios sabían de la enorme sorpresa que la Nahle les tenía preparada a los veracruzanos en torno a la apertura de tan importante obra, según Morena, concluida en tiempo récord, en siete meses de su gobierno.
La realidad apunta, sin embargo, que de manera improvisada fue abierto ese hospital que no construyó, que no está terminado y, por supuesto, que jamás pensó en compartir crédito con quienes sentaron las bases del nosocomio.
Fidel Herrera está muerto, el otro, Javier Duarte, en la cárcel y el tercero, Yunes Linares, el “Traidor a la Patria” a quien odia tanto y jamás daría reconocimiento alguno y el cuarto, un atarantado bajo sospecha por tanta ratería y quien por cierto ni siquiera fue invitado.
Las críticas en abierto sucedidas en las últimas horas apuntan a que la Nahle quiso quedar bien con sombrero ajeno.
“La gente no sabe, pero la iniciativa de construir este hospital fue del gobierno de Fidel Herrera, lo continuó Javier Duarte y se concluyó con Miguel Ángel Yunes. Él gobierno de Cuitláhuac sólo puso el mobiliario cuándo llegó, pero nunca fue utilizado. En pandemia, supuestamente sirvió cómo hospital COVID, pero no sirvió, luego se llevaron todo el mobiliario y lo dejaron vacío”, señalan las críticas.
¿Qué se inauguró entonces?
El Hospital Materno Infantil de Coatzacoalcos esta mañana sigue cerrado. Sólo entran los empleados. No hay médicos, ni medicamentos y los aparatos quirúrgicos y de diagnóstico solo fueron sacados para la foto.
Es un hecho que si alguna parturienta o menor con urgencia médica llega a solicitar sus servicios sea atendido.
En realidad, no hay por qué sorprenderse de cómo operan los morenos.
Lo mismo sucedió en Dos Bocas tres veces inaugurado en donde, también para la foto, sólo se mostró un litro de agua turbia como símbolo de que la Refinería “más importante del mundo” arrojaba el primero de 340 mil litros de energéticos que produciría a diario.
¿Cómo olvidar ese 2 de julio del 2022 en que la llamada refinería "Olmeca" en Dos Bocas, ubicada en Paraíso, Tabasco, se pondría en servicio?
En ese entonces el presidente López Obrador de la mano de Nahle encabezó el evento, destacando que era un "sueño convertido en realidad, un proyecto emblemático para su gobierno”.
Lo que seguiría es que “Dos Bocas” se mantendría sin funcionar a cabalidad por más que Sheinbaum quiera engatusarnos con números anuales -asegura que la refinería produce 200 millones anuales- que ocultan la realidad de los 340 mil litros diarios de gasolina y Diesel comprometidos.
También ocultan 240 mil millones de pesos que fue el costo de la obra construida en una zona pantanosa de Tabasco.
Todavía esta mañana leíamos en la prensa nacional que “El 30 de junio último, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, presumió que Dos Bocas produce 125 mil barriles de gasolina diarios a contrapelo de lo que da cuenta Pemex que reporta sólo 43.3 mil en mayo último”.
Por tanto, si esas son sus verdades a medias ¿por qué tendríamos que confiar en que el hospital de Coatza funciona?
Mas produce la Refinería del Huachicol de Coatzacoalcos que tiene en sus tanques 500 mil litros del energético y pertenece al crimen organizado.
Bien dice el columnista Bernardo Gutiérrez Parra que “Sería un golpe muy duro para la credibilidad de ambas señoras -Sheinbaum y Nahle- que, por ejemplo, al nuevo hospital le pasara lo que al General de Perote que se inundó por una falla en las tuberías horas después de que lo inauguró Cuitláhuac García. O lo que pasó con el puente de Acontitla, que quedó bajo el agua tres días después de que este sujeto -el atarantado- cortó el listón inaugural”.
La mula no era arisca, la hicieron a palos.
¿Por qué habríamos de creer en la buena fe, patriotismo, servicio a la gente y honestidad de quien ha dado repetidas muestras de lo contrario?
Desde 2018 que llegó al poder Morena, Veracruz regresó a la prehistoria, al olvido. Desde su infausto arribo ni un peso se ha invertido en favor de los veracruzanos: Todo ha sido raterías, desvíos, subejercicios, sospechas, venganzas e improvisación.
Veracruz en los hechos sigue caminando sin rumbo.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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