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XALAPA.- Luego de que hace unos días el periodista Luis Alberto Ponce, del Diario del Istmo – cuyos propietarios son cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador - denunció haber sido víctima de una agresión por parte de elementos de la Policía Estatal mientras cubría un accidente vial en el centro de la ciudad, en la esquina de Carranza y Zamora, en Coatzacoalcos, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez exhibió su desconocimiento de lo que ocurre en la entidad con relación a las agresiones a la prensa, a pesar de que constantemente acusa a los medios de comunicación de "amarillistas". García Jiménez fue cuestionado sobre la agresión que perpetraron policías estatales en contra del reportero, quien fue agredido, privado de su libertad y esposado durante una cobertura en el municipio de Coatzacoalcos. Sin embargo, García Jiménez reconoció no recordar si el titular de la SSP, Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, le informó sobre ese caso de abuso de autoridad que fue denunciado ante la Fiscalía y reportado ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). "De seguro que ya se tomaron cartas en el asunto, pero yo investigo", señaló García, en su ya muy conocido estribillo para evadir el tema. No obstante, aseguró que él dio la instrucción de que ante este tipo de hechos se turne el asunto a la Dirección de Asuntos Internos. "Ellos ya en automático lo hacen. Nosotros hicimos cambios en esta dirección de Asuntos Internos a fin de tener mayor eficacia y así va a estar. Lo que corresponde a Derechos Humanos vamos a estar atentos a lo que nos indiquen", aseguró. De acuerdo con el agraviado, los agentes lo sometieron, lo esposaron y lo privaron ilegalmente de su libertad sin justificación alguna, en un claro abuso de autoridad que ya fue denunciado ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). Ponce aseguró que todo comenzó cuando cuestionó a uno de los policías que lo apuntaba con su teléfono, sospechando que le tomaba fotos. Dijo que su acción molestó al mando quien ordenó su detención. "Uno de los policías me dobló el brazo para ponerme las esposas, sin motivo alguno, y me llevaron a la camioneta donde me mantuvieron privado de la libertad", explicó el periodista. Durante la detención, uno de los agentes, de baja estatura, le dijo de manera amenazante: "Vas pa' dentro, ustedes creen que pueden hacer lo que quieran", sostuvo. Pese a que el área no estaba acordonada, los policías argumentaron que Ponce no podía estar cerca del lugar del incidente, lo que el comunicador negó señalando la falta de fundamentos para su detención. Durante la agresión, el periodista insistió en que lo estaban lastimando y que la acción policial era arbitraria. Sin embargo, los elementos ignoraron sus reclamos y lo retuvieron en la parte trasera de una camioneta con las ventanas cerradas, lo que provocó que sufriera deshidratación. "Me dejaron en el vehículo por varios minutos, bajo el sol, con las ventanas cerradas", denunció el periodista, quien tras empezar a mostrar signos de malestar, finalmente fue liberado por los policías. "Ya tranquilo, te vamos a soltar, pero ahora me debes el agua que me costó 18 pesos", le dijo uno de los policías al entregarle una botella para hidratarlo. La agresión culminó cuando los policías decidieron retirarse del lugar, dejando al periodista en la vía pública con lesiones visibles en ambas muñecas producto de las esposas. Luis Alberto Ponce denunció el incidente y exigió que se aplique justicia contra los elementos responsables, especialmente contra el mando policiaco, quien según la versión del agraviado en repetidas ocasiones aseguró que solo cumplía órdenes. Así las cosas, si así tratan los policías de Cuitláhuac a reporteros de medios amigos de López Obrador, ¿cómo tratarán a los que no lo son?. Vaya caso.
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