6 poemas para rememorar a Federico García Lorca en su nacimiento. | ||||||
A 127 años del nacimiento de uno de los máximos exponentes de la generación del 27 y la poesía en español, celebramos a García Lorca con una selección de su obra. | ||||||
Jueves 05 de Junio de 2025 | ||||||
Por: Excelsior | ||||||
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Figura esencial de la conocida como Generación del 27 española, compuesta por una gran variedad de escritores y poetas de la primera mitad del siglo XX como Pedro Salinas, Luis Cernuda, Vicente Aleixadre y más, su obra unió la tradición popular con la innovación vanguardista, el lirismo con la denuncia social. Desde joven mostró una gran sensibilidad artística, destacando en música, dibujo y escritura. Estudió Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad de Granada y participó en El Rinconcillo, un grupo de intelectuales donde conoció a Manuel de Falla. En 1919 se trasladó a Madrid e ingresó en la Residencia de Estudiantes, donde coincidió con Salvador Dalí, Luis Buñuel y Rafael Alberti, grandes influencias en su formación. Publicó Libro de poemas (1921) y alcanzó fama con Romancero gitano (1928), aunque la crítica lo encasilló, provocando en él una crisis. En 1929 viajó a Nueva York, experiencia que inspiró Poeta en Nueva York, obra publicada póstumamente que denuncia la deshumanización urbana. Fundó el grupo teatral universitario La Barraca, con el que llevó teatro clásico a públicos populares. Su trilogía trágica, compuesta por Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936), marcó un hito en la dramaturgia española. Lorca fue arrestado por sus ideas liberales y ejecutado al comienzo de la Guerra Civil española, el 18 de agosto de 1936, en el barranco de Víznar, sin juicio y sin que se haya hallado su cuerpo. Su asesinato lo convirtió en símbolo universal de la libertad creativa y de las víctimas de la represión. Hoy en día es el poeta español más leído del mundo y su obra sigue viva, combatiendo el olvido; por ello rememoramos la obra de García Lorca con 6 poemas que reflejan su talante revolucionatio y romántico a 127 años de su nacimiento. 1.Soneto de la guirnalda de rosas ¡Esa guirnalda! ¡pronto! ¡que me muero! ¡Teje deprisa! ¡canta! ¡gime! ¡canta! que la sombra me enturbia la garganta y otra vez viene y mil la luz de enero. Entre lo que me quieres y te quiero, aire de estrellas y temblor de planta, espesura de anémonas levanta con oscuro gemir un año entero. Goza el fresco paisaje de mi herida, quiebra juncos y arroyos delicados. Bebe en muslo de miel sangre vertida. Pero ¡pronto! Que unidos, enlazados, boca rota de amor y alma mordida, el tiempo nos encuentre destrozados. 2. Romance de la luna, luna A Conchita García Lorca La luna vino a la fragua Con su polisón de nardos. El niño la mira, mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, habrían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. -Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. Cómo canta la zumaya, ¡ay, como canta en el árbol! por el cielo va la luna con un niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. El aire la está velando. 3. El poeta le pide a su amor que le escriba Amor de mis entrañas, viva muerte, en vano espero tu palabra escrita y pienso, con la flor que se marchita, que si vivo sin mí quiero perderte. El aire es inmortal. La piedra inerte ni conoce la sombra ni la evita. Corazón interior no necesita la miel helada que la luna vierte. Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, tigre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas. Llena pues de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche del alma para siempre oscura. 4. La aurora La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. La aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras buscando entre las aristas nardos de angustia dibujada. La aurora llega y nadie la recibe en su boca porque allí no hay mañana ni esperanza posible. A veces las monedas en enjambres furiosos taladran y devoran abandonados niños. Los primeros que salen comprenden con sus huesos que no habrá paraíso ni amores deshojados; saben que van al cieno de números y leyes a los juegos sin arte, a sudores sin fruto. La luz es sepultada por cadenas y ruidos en impúdico reto de ciencias sin raíces. Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes como recién salidos de un naufragio de sangre 5. Es verdad ¡Ay qué trabajo me cuesta quererte como te quiero! Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero. ¿Quién me compraría a mí este cintillo que tengo y esta tristeza de hilo blanco, para hacer pañuelos? ¡Ay qué trabajo me cuesta quererte como te quiero! 6. Soneto de la dulce queja No me dejes perder la maravilla de tus ojos de estatua, ni el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo miedo de ser en esta orilla tronco sin ramas, y lo que más siento es no tener la flor, pulpa o arcilla para el gusano de mi sufrimiento. Si tú eres el tesoro oculto mío, si eres mi cruz y mi dolor mojado, si soy el perro de tu señorío, no me dejes perder lo que he ganado y decora las aguas de tu río con hojas de mi otoño enajenado. |
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