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| La protesta por desapariciones LGBT y crímenes de odio persistió entre la fiesta y el color de la Marcha del Orgullo 2025. | ||||||
| *Entre paraguas de colores, carros alegóricos y comerciantes que inundaron Paseo de la Reforma, las disidencias de la diversidad sexual insistieron en que sus voces y agendas pendientes sigan resonando. | ||||||
| Domingo 29 de Junio de 2025 | ||||||
| Por: animalpolitico.com | ||||||
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La protesta por crímenes hacia la comunidad LGBTIQ+ –que incrementaron durante 2024–, las exigencias contra el genocidio, los contingentes anticapitalista, de personas con discapacidad, migrantes o refugiadas, las trabajadores sexuales y las abuelas trans, así como el bloque disidente, no dejaron de gritar y luchar en medio de la fiesta, los paraguas de colores y el comercio que adquieren cada vez más protagonismo. Entre ellos, un espacio particular fue el que ocupó, real y simbólicamente, el contingente contra las desapariciones LGBTIQ+, que participó por tercer año en la Marcha del Orgullo 2025 para crecer la visibilidad de esa agenda. Su presencia no sólo fue parte de los grupos que avanzaron hacia el Zócalo, sino que se expresó en episodios previos de memoria y exigencia de justicia. Antes de que arrancaran los contingentes, leyeron un pronunciamiento en voz de Rocío Suárez, del Centro de apoyo a las identidades trans; Joanna Alvear, mamá de Lilith Saori, joven trans desaparecida en 2023, en Puerto Escondido, Oaxaca, y un joven buscador perteneciente a las poblaciones LGBT, que busca a su padre desaparecido. Más temprano, cuando las banderas trans, no binaria y LGBTIQ+ y los asistentes con vestuarios coloridos para la celebración– que se extendería con un concierto en el Zócalo capitalino– empezaban a incorporarse desde las calles que cruzan Paseo de la Reforma, familias y colectivos se agruparon en la Glorieta de los Desaparecidos para recalcar la importancia de no dejar esa agenda fuera. “La desaparición de personas LGBTIQ+ sigue siendo una realidad sistemáticamente invisibilizada. La falta de datos desagregados por orientación sexual e identidad de género en los registros oficiales no solo borra nuestras existencias, también invalida e impide políticas públicas constructivas, integrales y con enfoque diferenciado”, leyó Suárez. Unas horas antes, el centro había hecho énfasis en la agenda trans de cara a la Marcha del Orgullo 2025: además del reconocimiento de la identidad de género y la tipificación de los transfeminicidios, la propuesta de incluir de manera explícita a nivel constitucional la no discriminación por identidad o expresión de género. Esto en un contexto en el que durante 2024, la Ciudad de México ocupó el primer lugar en cantidad de transfeminicidios en el país. En la Glorieta de las personas desaparecidas, antes de incorporarse a la marcha la mamá de Lilith recordó que su exigencia es que la fiscalía haga bien su trabajo, pues aunque hay tres personas que saben lo que sucedió, la dependencia argumenta que no los puede obligar a comparecer. “¿Y los derechos de Lilith? ¿Por ser una persona transgénero y por formar parte de la comunidad es que tiene que ser invisible?”, cuestionó. Beatriz Cuevas Juárez, hermana de Margarita, recordó que ella fue desaparecida en junio de 2022, y localizada en diciembre de 2024 sin vida en el Semefo de Morelos, donde permaneció sin ser identificada. Margarita pertenecía a la comunidad LGBTIQ+, por lo que su hermana acudió a la marcha a denunciar que aún existe discriminación en las investigaciones. Antes de morir, su mamá hacía lo mismo cada año. Junto con otras expresiones de protesta, el contingente contra las desapariciones LGBT formó parte de un tramo de silencio que, pese al ruido de las canciones, la batucada y otras formas de la fiesta, al pasar por Paseo de la Reforma lograba la complicidad y solidaridad de quienes, como en otros años, sólo buscan un buen lugar en las aceras para presenciar el paso de contingentes y carros alegóricos, patrocinados en su mayoría por marcas. En ese tramo de silencio se imponía la solemnidad y los puños izquierdos levantados en memoria de quienes han sido víctimas de la violencia, en particular de aquellas cuya suerte y paradero aún se desconoce. El acto en la Glorieta de Desaparecidos fue el segundo con esa temática en la víspera de la marcha. La insistencia en la naturaleza combativa de la manifestación había empezado la noche del viernes en el Monumento a la Revolución, donde se proyectaron en colores frases como “Dónde están”, “Hasta encontrarles” y “Justicia desapariciones LGBT”. Ahí se leyó también un pronunciamiento y se compartieron casos como el de Ricardo y Flavio, que desaparecieron el 5 de febrero de 2024 en Aguascalientes, cuando iban rumbo a Jalisco, o la violencia diversa y sistematizada contra las personas LGBT que preocupa en Michoacán. “Hay prevalencia de discriminación y violencia, y los contextos en los cuales ocurre tiene que ver con lo simbólico y con violencias psicológicas, una actitud donde se denosta, se devalúa, se anulan las experiencias de la diversidad sexual, y gran parte de estas violencias están tanto en el ámbito comunitario como en los lugares familiares”, denunció Daniel Marín, defensor de personas LGBTIAQ+ e integrante de Michoacán es diversidad y Responde Diversidad AC. Otras disidencias en medio del color y el orgullo “Aquí está, aquí está, la resistencia disca”, dijeron las personas LGBTIQ+ que viven con una discapacidad al hacer el conteo regresivo que dio arranque, alrededor del mediodía, a la Marcha del Orgullo 2025 en la Ciudad de México, en la que su contingente iba a la vanguardia. Atrás, le seguían de cerca banderas de Cuba, Venezuela, Haití y otros países de Centro y Sudamérica que pugnan por hacer visible la presencia de las personas migrantes y refugiadas que se identifican con la diversidad sexual y tienden a enfrentar mayor discriminación, aislamiento social e institucional, además de que suelen convertirse en objetos de violencia más rápidamente y con mayor frecuencia, según ha documentado el Mixed Migration Centre y otras organizaciones. Pronto se escuchó entre esas agendas de exigencia la voz de un hombre de edad avanzada que llevaba el megáfono del contingente de personas que viven con VIH, y le recordaba a las personas que se cruzaban a su paso que cualquiera es susceptible a la transmisión del virus, que, advirtió, “pisa parejo”. Al frente de ese contingente, que remarca una de las agendas más sentidas por las poblaciones LGBTIQ+ en materia de salud, que es el abasto de antirretrovirales, rodaba un Condomóvil, que lanzaba preservativos a su paso. “Disfrutemos, cojamos con responsabilidad; por eso se están regalando los condones, por eso y por una salud digna, aquí está la red de personas que vivimos con el VIH”, gritó. La disidencia frente al Poder Legislativo En tanto, bajo la consigna “las vidas importan”, el bloque disidente, integrado por diversas organizaciones y colectivos que también defienden la agenda de atención a las personas que viven con VIH, al igual que las de las personas trans y otras diversidades, hicieron notar su presencia en la Marcha del Orgullo 2025. A su paso por el Senado de la República, donde en ese momento comenzaba una jornada más del periodo extraordinario en la que se discutiría y aprobaría la reforma que crea la Comisión Nacional Antimonopolios, realizaron diversos actos de protesta y pidieron a los legisladores aprobar la Ley Integral Trans, iniciativa que busca garantizar el acceso a todos los derechos de esas poblaciones. Entre consignas como “la policía no me cuida, me cuidan mis amigas”, “aquí está la resistencia trans”, “las vivas trans importan”, “es una marcha, no es negocio”, “Noroña, culero, tú no eres pueblo” y “Claudia decía, que todo cambiaría; la misma porquería”, pintaron frases en las rejas del Senado, prendieron fuego a cartones y mostraron carteles que sostenían “No hay orgullo con transfeminicidios”. Al interior del recinto, legisladores no dejaron pasar la oportunidad para prometer que revisarán todas las demandas, aun sin conocerlas. Otras expresiones de protesta como el contingente del orgullo revolucionario anticapitalista y el que condenaba el genocidio en Gaza al grito de “los niños de Gaza, no son una amenaza” y “las mujeres de Gaza, no son una amenaza” alcanzaron a asomar su protesta al paso de los contingentes por 5 de mayo, pero cuando la marcha finalmente tocó el Zócalo, el rosa predominó desde un escenario donde el concierto había comenzado temprano y la fiesta seguiría continuaría hasta pasada la madrugada. *Con información de Sharenii Guzmán Por: Marcela Nochebuena |
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