Aumenta consumo de fentanilo en Mérida. | ||||||
De acuerdo con estadísticas e información del Centro de Integración Juvenil (CIJ), en la última década se ha registrado un cambio alarmante en el perfil de consumo de sustancias en Mérida, Yucatán | ||||||
Miércoles 17 de Septiembre de 2025 | ||||||
Por: Excelsior | ||||||
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De acuerdo con estadísticas e información del Centro de Integración Juvenil (CIJ), en la última década se ha registrado un cambio alarmante en el perfil de consumo de sustancias en Mérida, Yucatán. Lo que antes era alcohol, tabaco y marihuana, hoy se ha transformado en metanfetaminas y opioides sintéticos. El cristal domina el panorama y el fentanilo comienza a aparecer en exámenes toxicológicos sin que los propios usuarios sepan que lo han consumido. El CIJ ha documentado que el inicio en el consumo se ha adelantado drásticamente: niños y adolescentes de entre 12 y 14 años ya llegan a solicitar atención por dependencia a drogas que generan una adicción casi inmediata. Se trata de un fenómeno que en otras entidades del país detonó crisis de salud pública, violencia y control territorial del crimen organizado. Uno de los factores que explican la expansión de esta droga es su bajo costo: una bolsita de cristal puede conseguirse desde 30 pesos. Ese precio obedece a que suele estar alterado con químicos altamente tóxicos como ácido muriático, tolueno o incluso raticida, sustancias que no sólo elevan los riesgos, sino que multiplican la dependencia de los consumidores. El impacto es visible en colonias marginadas de Mérida, donde se reportan casos de menores con daños neurológicos y episodios psicóticos derivados del consumo. Y mientras los expertos alertan de un problema creciente, la administración municipal de Patrón Laviada carece de una política pública integral que ataque la raíz del fenómeno. El CIJ también revela un dato que debería encender las alarmas: el incremento sostenido en el consumo de metanfetaminas y fentanilo entre mujeres adolescentes y adultas. Aunque los hombres siguen siendo mayoría, se calcula que el aumento en población femenina alcanza entre 40 y 50 por ciento respecto a años anteriores. Lo más grave es que este fenómeno se desarrolla a plena luz del día, sin que el Ayuntamiento de Mérida articule una estrategia preventiva ni de contención. Mientras la policía municipal se concentra en infracciones de tránsito y operativos de imagen, las redes del crimen organizado han encontrado terreno fértil para inundar la ciudad con sustancias sintéticas. La alcaldesa Cecilia Patrón Laviada ha optado por minimizar el problema. Su discurso oficial insiste en que Mérida es la “ciudad más segura de México”, pero las cifras de consumo contradicen esa narrativa. Lejos de implementar programas de prevención en escuelas, campañas de detección temprana o redes de atención en barrios vulnerables, su administración mantiene una inercia peligrosa. Hoy, Mérida ya no es sólo un punto de tránsito, sino un mercado creciente. La edad temprana de los consumidores garantiza clientes de largo plazo para estas redes, mientras la autoridad mira hacia otro lado. La omisión de la alcaldesa Cecilia Anunciación Patrón Laviada es, en este contexto, un factor de riesgo tan grave como las propias drogas. Y mientras el gobierno local se concentra en cuidar la imagen de la alcaldesa, Mérida comienza a perder la batalla más silenciosa y devastadora: la del cristal y el fentanilo en sus calles. |
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