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XALAPA.- A pesar de las cuentas alegres del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que confirmó la disminución de la pobreza en México en agosto de 2025, de 46.8 a 38.5 millones de personas entre 2022 y 2024 según su primer informe de pobreza multidimensional, el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) aseguró que la realidad en las comunidades rurales es muy distinta. Y es que, la agrupación dijo que los programas sociales del Estado funcionan solo como paliativos que no resuelven las causas estructurales ni crean desarrollo productivo. Adriana Chávez, vocera del FNLS, consideró que los datos oficiales que indican una reducción en los niveles de pobreza no reflejan lo que viven millones de mexicanos en el campo, “se puede apreciar claramente que no ha bajado. Muchos reciben Sembrando Vida y su pensión del Bienestar pero aun así no les alcanza”, aseguró. “Los testimonios (…) reflejan lo contrario: los apoyos sociales son indispensables para sobrevivir pero insuficientes para vivir con dignidad”, sostuvo. Dijo que los recursos que otorgan estos programas son insuficientes para cubrir los costos reales de la producción agrícola. “Sembrando Vida sólo alcanza para pagarle a una persona por deshierbar o sembrar, pero no para comprar abono, herbicidas, semillas o plantas. Los campesinos siguen sembrando con sus propios esfuerzos y lo que logran cosechar apenas les alcanza para comer”, afirmó. Chávez señaló que la falta de apoyos integrales impide que los pequeños productores puedan crecer o exportar sus cosechas. “No existe un programa que realmente fomente el cultivo de manera sostenible. Todo se queda en apoyos momentáneos sin un acompañamiento técnico o comercial que les permita vivir de su trabajo con dignidad”, agregó. A lo anterior se suman factores externos que agravan la situación del campo mexicano. “Nos afectan las guerras y uno de los principales productos que encarecen para el campo son los fertilizantes y demás insumos”, señaló. La dirigente explicó que el incremento en los precios internacionales de estos artículos ha elevado los costos de producción, dejando a los campesinos en una situación aún más precaria. “Si en la ciudad vemos que se agudiza la pobreza, en el campo es mayor”, aseguró Chávez, quien afirmó que las carencias en las zonas rurales se han profundizado en los últimos años. “Es lo que observo y platico con personas de zonas indígenas. La gente apenas tiene para sobrevivir y los apoyos sociales no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas”, sostuvo. En la región indígena del centro de Veracruz, como en muchas otras zonas rurales del país, abundan las estrategias asistenciales, pero ninguno ha logrado mejorar de fondo la calidad de vida. “Por muchos programas que les dé el gobierno no significa que tengan un mejor nivel de vida o que realmente salgan de la pobreza. La gente sigue dependiendo de esos apoyos porque no hay empleo, no hay inversión ni proyectos productivos duraderos”. Por lo anterior, el FNLS consideró que la supuesta reducción de dicha condición que presume el gobierno es resultado de una medición estadística que no toma en cuenta la pérdida del poder adquisitivo ni el encarecimiento de los alimentos y servicios básicos. “Lo que se ve en las comunidades es todo lo contrario. Hay más carencia, los precios suben y las familias sobreviven con lo justo”, expuso. Para muchas familias, refirió, la única fuente de estabilidad económica son las remesas que envían sus familiares desde Estados Unidos. “Los que viven un poco mejor es porque sus parientes trabajan allá y les mandan dinero, pero son los menos. No es por los apoyos, es por el esfuerzo de los migrantes”, concluyó.
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