Mientras el Presidente electo Donald Trump, especula -o bromea- que Canadá puede ser el Estado 51 de la Unión Americana; y que a muchos les encantaría. El todavía Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, declaró que no existe la más mínima posibilidad de que eso suceda. Pero eso no fue todo...
Sabedores de que el poder los vuelve locos, sin lugar a dudas de que Trump bien puede ser la excepción que confirma la regla; pues toda vez que el Poder ya lo tuvo, puede deducirse que ya venía medio tocadiscos; por decirlo de alguna manera. Y está haciendo, consecuentemente, locuras...
Quiere que el Golfo de México cambie de nombre y se llame Golfo de América -antes no propuso que se llamara Golfo de Trump- lo que ciertamente no es muy grave, y con no hacerle caso será más que suficiente...
Pero también opinó que Dinamarca debe ceder Groenlandia a los EE.UU. para la protección del mundo libre. Y que el control del Canal de Panamá, está en discusión desde ya, es decir, como si ya fuera Presidente. Argumentando que las Autoridades locales han violado los acuerdos...
Así las cosas. Convertido el Planeta en el juego del Turista Mundial -con el que nos entreteníamos cuando niños- en el que se compraban y vendían los países y las islas; de Canadá le mandan decir al millonario, que ¿cuánto quiere por Alaska?...
Lo triste del caso, es que en el juego de compra-venta de países, no aparece México. Pues catalogado como narco-estado, nadie arriesga un centavo por nosotros ¡vaya! A duras penas el Gobierno del 2º piso pudo llevar a cabo la primera colocación de deuda por 8,500 millones de dólares, pagaderos a 5, 12 y 30 años...
Lo inentendible e inaceptable, es que se pida dinero prestado con lógicos intereses, y al mismo tiempo se apoye a otras naciones. Eso de andar saludando con sombrero ajeno, pues finalmente no es dinero del Gobierno, sino de los contribuyentes, no está nada bien, sobre todo cuando aquí hay tantas necesidades.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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