De Veracruz al mundo
Científicos advierten que el Tren Maya acelerará la vulnerabilidad de la Península de Yucatán a eventos climáticos extremos.
La asociación TerraVida, promotora de un litigio estratégico para tratar de mitigar los impactos del Tren Maya, compartió con Animal Político los peritajes científicos en los que pueden observarse los efectos de la obra en los próximos 25 años.
Martes 13 de Mayo de 2025
Por: animalpolitico.com
Foto: .Margarita Sousa @yue.ms
Ciudad de México.- Con el funcionamiento del Tren Maya, los servicios ecosistémicos de la Península de Yucatán disminuirán en las próximas décadas; el crecimiento urbano y turístico implicarán una mayor demanda de recursos, aumentarán los niveles de contaminación, disminuirán las poblaciones de polinizadores y se acrecentará la vulnerabilidad del territorio frente al cambio climático.


A estas conclusiones llegan los peritajes realizados por investigadores en conservación biológica y restauración ecológica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que fueron presentados por la organización Territorios Diversos para la Vida (TerraVida), como parte del amparo promovido por pueblos y comunidades indígenas, habitantes de la península de Yucatán y organizaciones de la sociedad civil, y cuya audiencia constitucional se celebrará el próximo 4 de junio.

Entre las principales consecuencias previstas para 2030 y 2050, destaca el tema de la fragmentación de ecosistemas. Con la realización de los primeros trazos para construir las 34 estaciones del megaproyecto Tren Maya, el hábitat de fauna característica de la Península de Yucatán -como jaguares y tapires- quedó dividido, lo que afecta gravemente la calidad de vida de las especies.


El Tren Maya fragmentó y aisló a las poblaciones de la selva maya desde su construcción; como consecuencia, el ecosistema perderá paulatinamente flor y fauna, y afectará la conectividad entre las poblaciones características de la Península de Yucatán.


Para proyectar los cambios que tendrá la península de Yucatán en los años 2030 y 2050, el investigador Enrique Martínez Meyer hizo un peritaje sobre los efectos de la fragmentación de ecosistemas en la Península de Yucatán, con y sin la presencia del proyecto Tren Maya.

Martínez Meyer, biólogo e investigador del Instituto de Biología de la UNAM, explicó que la fragmentación de los ecosistemas ocurre cuando se divide a los paisajes naturales en áreas de menor tamaño por alguna actividad, en este caso la construcción y operación del Tren Maya.

Estudios científicos han demostrado que fragmentar un ecosistema conlleva la pérdida de hábitat para las especies de flora y fauna, y afecta la conectividad entre las poblaciones.



“La preocupación, del lado de las personas que estamos en el tema ambiental, es que hay efectos directos inmediatos. Pero hay efectos en el largo plazo, en diferentes períodos en el tiempo, que no se ven de manera inmediata y tienen consecuencias que difícilmente se van a poder asociar al impacto original”, comentó Martínez Meyer.


Con la fragmentación, la calidad del hábitat disminuye
De acuerdo con los peritajes presentados por TerraVida, la degradación de la calidad del hábitat disminuirá la provisión de servicios ecosistémicos en la selva; entonces, las vulnerabilidades ante el cambio climático y la presión en la demanda de recursos comenzarán a hacerse presentes.

Pese a que el territorio del sureste ha experimentado los efectos de un deficiente ordenamiento territorial, particularmente desde la proliferación de construcciones inmobiliarias y turísticas en ciudades como Cancún y Tulum, estas experiencias no fueron tomadas en cuenta para prever el impacto negativo que podría ocasionar la falta de planeación en la construcción del megaproyecto ferroviario Tren Maya.

Luis Zambrano González, especialista desde hace más de 20 años en humedales, ecosistemas acuáticos y restauración en el Instituto de Biología de la UNAM, se encargó de liderar el peritaje dirigido a explicar cómo podría ocurrir la disminución de los servicios ecosistémicos con y sin Tren Maya.

En el peritaje, el investigador advierte que los servicios ecosistémicos en la península estarán bajo presión debido a factores como el crecimiento poblacional, el cambio en el uso del suelo, la pérdida de biodiversidad, la expansión urbana, la fragmentación de los ecosistemas, la erosión, la alteración de los flujos de agua, la producción de alimentos, la vulnerabilidad ante eventos extremos causados por el cambio climático y el aumento en la liberación de CO2.


Los peritajes también indican que la construcción del Tren Maya y el consecuente cambio de uso de suelo tendrán un impacto significativo en la provisión de alimentos en la península de Yucatán. La disminución de la abundancia de polinizadores, debido a la pérdida de su hábitat natural, afectará la producción agrícola en la región.

“La polinización sí es un gran problema, pues es la base de la producción agrícola. Estamos perdiendo mucha capacidad para contar con el servicio de polinización que da el ecosistema, ésta se basa en los insectos y los murciélagos que, con el Tren Maya, se reducirá mucho sobre todo en la parte sur”, advirtió Zambrano.

El peritaje destaca también la pérdida de capacidad de captura de carbono por la deforestación y fragmentación de la selva; la afectación a los servicios de polinización; la alteración de hábitats críticos para la conservación de especies endémicas y en peligro; así como la pérdida de cobertura vegetal.

Los impactos ya son visibles
Viridiana Maldonado, abogada en TerraVida advirtió que no es necesario esperar para observar los impactos en la península de Yucatán, ya que el proyecto se encuentra en operación desde diciembre de 2023 y los efectos ya son visibles en las comunidades aledañas al proyecto.

La abogada explicó que las comunidades han compartido a TerraVida cómo, paulatinamente, han cambiado sus dinámicas cotidianas con la llegada de personas provenientes de distintos sectores y la creciente presencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Para TerraVida, éste es un factor relevante y preocupante en términos del impacto que puede tener en las comunidades ya que, no solo implica la presencia de una secretaría como la de la Defensa Nacional sino también, el temor que representa defender el territorio al que han pertenecido las comunidades por generaciones.


“Evidentemente el miedo es mucho mayor porque no es lo mismo enfrentarse a una empresa nacional o internacional que hacerlo contra el Estado, ya sea a nivel estatal o federal. Eso conlleva un temor real y fundado respecto a lo que puede implicar mantenerse al frente de estos procesos”, explicó Maldonado.






Los servicios ecosistémicos que perderá la península
Ante la falta de planeación y transparencia en el trazo que la administración de Andrés Manuel López Obrador realizó para construir el Tren Maya, comunidades, profesionistas, colectivos y organizaciones de la sociedad civil en la región han denunciado irregularidades en el proyecto.

Las proyecciones de Luis Zambrano sobre el impacto en los servicios ecosistémicos arrojan cuán afectados estarán aquellos beneficios que las personas obtienen de la naturaleza.

Según los resultados de los estudios, hay cuatro rubros que muestran los impactos para 2030 y 2050:

Provisión: Son los recursos que se obtienen directamente de los ecosistemas, como los alimentos, el agua potable, la leña, las fibras textiles y las medicinas.
Soporte: Incluye procesos esenciales como la formación del suelo (que puede tardar cientos de años), el ciclo de nutrientes, y la producción de materias primas.
Regulación: Son los beneficios derivados de los procesos naturales, como la regulación del clima, el control de enfermedades, la gestión del agua, y la purificación del agua.
Servicios culturales: Se refiere a los beneficios no materiales, como el valor espiritual y religioso, las oportunidades de recreación y ecoturismo, la inspiración artística, la educación, y el sentido de identidad y pertenencia a un lugar.
“Nos dicen ‘ese es el objetivo’ y nos preguntamos ¿cómo se va a llevar a cabo ese objetivo? Y la respuesta es que ese objetivo se lleva a cabo a partir del cambio de uso de suelo. Si tú quieres desarrollar más el turismo, pues ya no caben en Cancún, tienes que desarrollar otras zonas. ¿En dónde quiere estar el turismo? La mayoría de los turistas no buscan la selva, quieren estar en las zonas costeras”, afirmó Zambrano González.

Sin embargo, en las zonas costeras, explicó el investigador, se encuentran los manglares, que son ecosistemas de gran importancia pues dan muchos servicios ecosistémicos y que están siendo amenazados y destruidos en la Riviera Maya.


“La destrucción es altísima por el cambio de uso de suelo para construir hoteles y resorts, hacia el sur de Cancún. Los manglares son talados pues no son el típico paisaje que busca el turista asomándose al balcón de su cuarto”, añadió.

Otro aspecto que amenaza a la selva maya es la agricultura intensiva. El experto recordó que, en los últimos años, grupos de personas que tienen la visión de intensificar la agricultura en suelos muy pobres arremeten contra el territorio.

Según los resultados de las periciales del juicio de amparo, que está por recibir una resolución, el impacto en los servicios ecosistémicos de provisión se verá reflejado por la fragmentación de selvas y bosques, sistemas donde la huella acumulativa ya interrumpe el movimiento natural de las especies. Esto afecta a los animales que necesitan desplazarse para encontrar comida o reproducirse.

Tren Maya a cambio de la alimentación
Una de las grandes preocupaciones para los expertos es el impacto que el Tren Maya tendrá en la provisión de alimentos y la estrecha relación que tiene con los polinizadores de la península de Yucatán. Las proyecciones a futuro para los años 2030 y 2050, incluídas en las periciales, advierten que la abundancia de insectos podría verse disminuida drásticamente.

En México, se estima que el 88% de las especies cultivadas dependen de los polinizadores para su producción. En la península de Yucatán se encuentran polinizadores como la abeja Apis mellifera, la abeja melipona y los murciélagos, cuya presencia es crucial en la polinización de cultivos como calabaza, tomate, chile habanero, pimientos, aguacate, palma de coco y cucurbitáceas como la sandía, el melón y el pepino.

Para determinar la disminución en la abundancia de polinizadores en la península Luis Zambrano González explicó que utilizaron el modelo de polinización InVEST, el cual permite analizar si un servicio ecosistémico se puede reducir o aumentar, en este caso se usó para estimar la abundancia de polinizadores en la región.


Este modelo toma en cuenta la disponibilidad de sitios de anidación y recursos florales dentro de los rangos de vuelo de los polinizadores para calcular un índice de la abundancia de polinizadores que anidan en cada celda del paisaje. Dicha información, junto con datos sobre recursos florales, actividad de alimentación y rango de vuelo, estima cuántos polinizadores visitan cada unidad territorial.

Los resultados del modelo InVest para polinizadores arrojan que en el escenario actual, las áreas clasificadas de alta abundancia de polinizadores representan el 38%.

Sin embargo, esta cifra disminuye conforme a los escenarios, sin Tren Maya y con Tren Maya, que el peritaje del Dr. Zambrano González proyectó para los años 2030 y 2050. Según los resultados del modelo de polinización InVEST en un escenario sin Tren Maya, para 2030 la abundancia alta de polinizadores solo se reducen ligeramente al 36%; mientras que para el año 2050 la reducción será del 35%.

En cambio, en un escenario con Tren Maya el descenso de abundancia alta de polinizadores para 2030 decrece mucho más ya que, solo tendrá el 30% de estos animales importantes para la seguridad alimentaria. La proyección para 2050 es más preocupante ya que, apenas alcanzará el 26% de abundancia alta de esta diversidad de especies en la península.

Es decir, para el 2030 con el Tren Maya la península de Yucatán tendrá un 8% menos de polinizadores y un 12% menos en 2050 comparado con el escenario actual que representa el 38%.

“La tecnología nos ayuda a hacer todo ese tipo de análisis para decir que esto tiene un costo mayor en el largo plazo porque va a reducir los beneficios ecosistémicos de los cuales, el tren y el turismo dependen para sobrevivir [como]: agua, captura de carbono, o polinización, que es la que le da de comer a la gente que vive ahí”, señaló Zambrano.


De acuerdo con las periciales las zonas de alta abundancia de polinizadores se encuentran, principalmente, en las selvas perennifolias -también conocidas como bosques tropicales- las cuales se localizan al este y sureste de la península, en áreas protegidas como Calakmul, Bahías de Chetumal y Sian Ka’an.

Estas áreas protegidas han mantenido una cubierta vegetal más conservada gracias a su estatus. Esto les permite ser refugios clave para los polinizadores. Sin embargo, en las zonas aledañas, la fragmentación de la cubierta vegetal provoca la disminución en la abundancia de polinizadores.

“Si tú destruyes esos servicios ecosistémicos para atraer más turistas, el resultado es que te vas a quedar sin turistas dentro de 20 años porque ya no va a haber los servicios ecosistémicos que son fundamentales para que haya turistas.

“El proyecto busca atraer a una gran cantidad de personas, lo que podría generar presión sobre los recursos del territorio, como el agua y los alimentos. En este escenario, existe el riesgo de que, en poco tiempo, la disponibilidad de estos recursos sea insuficiente o se vea comprometida, especialmente si se consideran los posibles efectos del cambio climático y la alta vulnerabilidad de la península de Yucatán ante fenómenos meteorológicos extremos, como sequías y huracanes”, comentó el investigador.

Tren Maya masificará el turismo
Con la operación del Tren Maya los servicios de regulación, es decir, aquellos que están relacionados con los índices de riesgo en los asentamientos humanos, podrían verse notoriamente disminuidos. En las periciales advierten que la calidad de estos servicios puede determinar si las personas y sus entornos construidos enfrentan daños mínimos o severos.

“Cuando se rompe el equilibrio de los servicios ecosistémicos debido a la fragmentación provocada por el tren y al aumento en el cambio de uso de suelo, lo que estamos haciendo no solo es ser más vulnerables, es decir, no solo estamos promoviendo más cambio climático a nivel global, sino que nos volvemos más vulnerables a los efectos que tiene ese cambio climático a nivel local. Entonces, si viene un huracán y ya no hay manglar que disminuya sus efectos, y la destrucción nos pega a todos”, explicó Zambrano.

El investigador añadió que, cuando se afecta a los ecosistemas como los de la península de Yucatán que aún tienen muchos ecosistemas prístinos costeros, se pone en riesgo fundamentalmente a las comunidades rurales pues las hace mucho más vulnerables a los efectos del cambio climático.

Hotel militar: ejemplo palpable del turismo masificado
La abogada Viridiana Maldonado recordó que el crecimiento desmedido del turismo podría verse intensificado con la implementación del proyecto integral del Tren Maya, un impacto que ya comienza a manifestarse con la construcción ilegal de un hotel militar dentro de una área natural protegida.

Se trata del Hotel Tren Maya Calakmul, en Campeche el cual consta de 144 habitaciones master room, restaurante, bar, alberca, área de cafetería, oficinas administrativas, lobby y edificio de servicios múltiples como servicio médico, lavandería. Además, dicho alojamiento se encuentra a 51 km de la estación del Tren Maya.

“No se trata únicamente del Tren Maya sino de todo el entramado de megaproyectos que ha detonado en la región como el hotel en Calakmul, ‘La puerta al mar’ en Felipe Carrillo Puerto y las graves afectaciones a los cenotes en Tulum y Playa del Carmen. Estos proyectos se configuran como un modelo de desarrollo que fragmenta ecosistemas, desplaza comunidades y pone en riesgo el patrimonio biocultural de la península”, señaló Maldonado.


Por su parte, Zambrano añadió que con la llegada de más personas para habitar en la península y la masificación del turismo, la demanda de servicios también crecerá y con ello la provisión de agua y la gestión de desechos.

“Se tienen que construir carreteras y lugares de producción alimentaria de manera intensiva para tener estos bufetes inacabables en los hoteles all inclusive, en donde puedes comer 220 hamburguesas de calidad ínfima, pero son 220 hamburguesas que tienen un alto costo ecológico. Se requiere de abastecimiento de energía también, por ende más cableado y aumento en la contaminación por la energía que tienes para este aumento de turismo”, ejemplificó.

A esa demanda de servicios se suma el incremento en la cantidad de aviones que llegarán a la península de Yucatán. Para cubrir esa demanda, se creó un nuevo aeropuerto en el municipio de Tulum y se están construyendo más carreteras para conectar los sitios turísticos con la terminal aérea, en detrimento de la selva.









Por: Verónica Santamaría

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