Por Héctor Yunes Landa
En sólo siete años, miles de millones de pesos destinados a la salud pública de los mexicanos fueron a parar a los bolsillos de los más corruptos funcionarios del gobierno federal y de Veracruz, a través de la empresa estatal Birmex y de la Secretaría de Salud del Estado durante el gobierno de Cuitláhuac García.
Se trata de dos historias paralelas de corrupción, complicidad e incompetencia que ha costado la vida de miles de personas, derivado del colapso del sistema de salud y la falta de medicinas y vacunas. Hoy Morena no puede culpar al pasado porque se trata de ellos mismos.
La desaparición del Seguro Social y su fondo de gastos catastróficos para la atención de enfermedades graves, el desvarío de la creación y desaparición del Insabi, la locura de la Mega farmacia y la ocurrencia de concentrar los servicios en IMSS Bienestar –institución que carece de la capacidad de atender a su propia derechohabiencia- fueron terreno fértil para la peor corrupción que se haya tenido en materia de salud
Hace unos días, la Secretaría Anticorrupción anuló el procedimiento de licitación de 175 claves de medicamentos que la Secretaría de Salud (SSA) tras detectar un sobreprecio, con una posible afectación económica cercana a los ¡13 mil millones de pesos!
Se trataba, según el gobierno federal, de la “mayor compra consolidada de medicamentos e insumos de la historia del país” para el periodo 2025-2026.
La cancelación del contrato no resuelve el problema de fondo: el abasto de medicinas. El país y millones de pacientes se han quedado nuevamente sin medicamentos en lo que se repone el proceso de licitación y contratación.
De hecho, volverán al esquema de licitaciones que tanto se criticó en el pasado, subastando las claves con sobreprecio. Lo increíble es que permitirán participar las empresas que habían hecho el negocio con los funcionarios federales.
La solución de la presidenta Sheinbaum es tan ilegal como cínica: el despido de 4 funcionarios de Birmex a cambio de impunidad.
Pero en Veracruz también hace aire. La semana anterior, la revista Proceso documentó que durante el gobierno Cuitláhuac García, el peor mandatario que ha tenido el estado, los Servicios de Salud (SESVER) registraron un desvío de más de dos mil millones de pesos.
Mientras los hospitales se caían a pedazos, sin medicamentos ni vacunas, sin quirófanos ni aires acondicionados, con elevadores convertidos en trampas mortales, los testaferros del gobernador montaron una red criminal bajo un esquema recurrente contratos por adjudicación directa, otorgados a empresas de reciente creación y proveedores vinculados a casos de corrupción.
Según la investigación periodística, en la reciente entrega de la Cuenta Pública 2023 “la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ordenó a la Contraloría General iniciar 24 investigaciones contra funcionarios de la dependencia por irregularidades en contratos que suman casi mil 600 millones de pesos, sin justificación comprobable.”
Salvados por la incompetencia y complicidad del ORFIS y la Fiscalía del Estado, los responsables del mega desfalco gozan de total impunidad.
La corrupción ha matado a la salud.
La puntita
El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, “advierte” a una empresa que si en un mes no le entrega voluntariamente dos hectáreas de su terreno… le expropiará cuatro. No se trata de un asunto de utilidad pública, sino de una extorsión y una amenaza a la propiedad privada. |
|