Por Omar Zúñiga
La noche de este martes 20 de mayo, el ataque armado en contra de la casa de campaña del candidata de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Juan Rodríguez Clara, Xóchitl Tress, tuvo un saldo fatídico.
La querida reportera Avisack Douglas que se encontraba en esos momentos en el lugar, resultó herida de bala en el pecho; fue trasladada al hospital Oluta-Acayucan, donde murió poco después de las 22:00 horas.
Más allá del comunicado en que MC “lamenta” los hechos y “condena enérgicamente la violenta agresión, ocurrida en la casa de campaña de nuestra compañera Xóchitl Tress, candidata de nuestro movimiento a la alcaldía de Juan Rodríguez Clara”.
Y que “no hay justificación posible para este tipo de actos”, la realidad es que otra periodista murió a manos de balas asesinas.
No hubo palabras para Avisack, al menos hasta la noche del martes, sólo la noticia de su muerte, dos horas después del atentado.
Lo que falta ahora es que digan las autoridades, Fiscalía o gobierno, que no era reportera, o que no estaba trabajando, o lo peor, que este artero asesinato (porque esa es la definición cuando se quiere matar a alguien en un ataque), es que Avisack fue daño colateral, porque ella no era el objetivo de los sicarios.
Las elecciones para las alcaldías en Veracruz siempre han sido recordadas por ser calientes y ciertamente se han tornado violentas, sin embargo, la realidad es que vivimos tiempos electorales que no se recuerdan a grado tal de sangre que corre por las calles veracruzanas.
Este miércoles 21 de mayo, la gobernadora Rocío Nahle se reúne con la presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete de seguridad, para replantear la estrategia de seguridad en Veracruz, y también tendrán una muerte más, para mandarle condolencias a los familiares y condenar, hasta el cansancio, este cobarde atentado, que hoy cobró la vida de una reportera más, como ocurrió con el asesinato de Ximena Guzmán, secretaria particular de Clara Brugada en CDMX… “lamentamos la muerte…”, “nos unimos a la pena que embarga a familiares y amigos…”, “era maravillosa…”, y varios etcéteras.
En Rodrñiguez Clara, afortudamente, Tress Rodríguez resultó ilesa.
Aún faltan dos semanas de campaña.
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La presidenta nacional, que no líder, de Morena, Luisa María Alcalde, vino a Orizaba el domingo pasado a apoyar a Igor Rojí, candidato a la presidencia municipal por su partido.
En su perorata de campaña, la joven dirigente dijo: “¿queremos la corrupción, los privilegios que significa el PRIAN? ¿Queremos seguir con el tufo de Fidel Herrera? Porque no sé si sabían que ya nos trajeron una gente que ya empezó a operar aquí, cercano a Fidel Herrera", declaraciones que no cayeron nada bien, no sólo en el PRI, sino en todo el estado, por la cercanía de la muerte del exgobernador y el homenaje que le hicieron en el Congreso del Estado, con la autorización por supuesto, de la gobernadora, quien -y también hay que decirlo- tuvo la altura política de dar el pésame correspondiente, pues además el PVEM es aliado de Morena en Veracruz y quienes lo manejan son el sobrino y el hijo de Fidel Herrera.
Fueron pues, consignas de campaña, que rayaron en la inmadurez de alguien que no conoce la historia política.
Luego de estas declaracioes, Edgar Herrera Lendechy, secretario general en funciones del PVEM Veracruz y sobrino de Fidel, respondió tajante que “resulta lamentable que, en un momento en que el pueblo veracruzano rinde homenaje a un líder que dedicó su vida al servicio público, se emitan juicios despectivos que no sólo ofenden su memoria, sino que también menosprecian el sentir de miles de ciudadanos que reconocen su contribución al desarrollo del estado”.
Fue enfático al decir que “quienes usan ese tipo de calificativos olvidan lo que representó Fidel Herrera para Veracruz (…) si hablar del ‘tufo’ de Fidel Herrera es hablar de salud, desarrollo social, impulso al deporte y progreso para el estado, entonces que ese ‘tufo’ se esparza por todo Veracruz. Y si lo que les molesta en el altiplano es que ese ‘tufo’ hoy se esté tornando verde, que se preparen, porque el Verde está caminando con fuerza”.
“Habría que explicarle (a Luisa Alcalde) quiénes son los aliados en Veracruz”, es decir, una ignorante.
Luis María Alcalde tiene 37 años; cuando Fidel Herrera se convirtió en gobernador de Veracruz, ella tenía 17 años.
¿Por su juventud e inexperiencia debe conocer la historia de quienes la escribieron?, ¡por supuesto que sí!, ya no es aquella mocosa de 17 años, sino la presidenta del partido gobernante, haiga sido como haiga sido.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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