Solo quienes no quieren darse cuenta de que viene un cambio drástico en nuestras sociedades, no se prepararan para ello. En parte es entendible, pues se ignora cuál será el rumbo que tomarán estos cambios. Y si se puede pensar con lógica, que inevitablemente los cambios vendrán, es porque, así como vamos, no vamos nada bien. Y lo peor, es que no queremos cambiar...
Con el cuento de que el hombre es superior a todos los animales, no queremos aceptar la clase de basura en que nos hemos convertido como humanidad. La destrucción del Planeta, de La Madre Tierra, del ser vivo que sustenta la vida de todo cuanto existe. Un Ser infinitamente más inteligente y poderoso que toda la humanidad junta, no puede continuar. La inconsciencia humana ha llegado, debido a su alimentación, al grado de estulticia...
Si todos, sin excepción, somos el resultado de lo que comemos. Quien come porquerías, en eso se convierte. ¿Más claro?
No puede calificarse de otra manera el proceder del hombre que destruye su hábitat. El ver como un transatlántico de esos que llevan miles de pasajeros, se deshacen de los desechos de los humanos, mientras siguen sus rutas, es “asquerosamente repugnante”. No hay respeto a quien sustenta nuestras vidas. No hay respeto a quienes tienen más derecho que nosotros. No tenemos derecho de arrojarles a los demás las porquerías que producimos. Somos quienes llegamos al último. Llegamos a invadir su territorio y a contaminarlo...
Las cosas no pueden seguir así, sin que se cumpla la Ley del Acto-reacto, como nombraban los romanos a la Ley del Equilibrio de los griegos...
¿Qué va a pasar? Nadie lo sabe. Por lo que preguntar, si se está preparado para un cambio, sin saber cuál será ese cambio, es tanto como bordar en el vacío, o como escribir en el agua. Cuando sólo cada cual puede saber para sí, si está preparado para un cambio que, como todos los cambios, a algunos favorecerá y a otros no...
Y si vale la pena un mundo en el que suceden cosas, aparte de las guerras, ofensivas para una especie que se dice hecha a imagen y semejanza de algún Dios; como el hecho de una madre que vendió a su hija de 6 años a un curandero, interesado en su piel y sus ojos claros. O como la niñera de NY, que a los niños que le encargaban cuidar, los asustaba con máscaras de monstruos y los golpeaba brutalmente con un cuero. Y si decían algo, se los comería...
Es esta basura de mundo el que hay que cambiar. En el entendido, de que al cambiar uno, el mundo cambia. O cuando menos se ve de otra manera. Y si todos somos el resultado de lo que hemos comido; la única forma de ser de otra manera, es comer de otra manera. Porque estos gobernantes están ya en la locura...
La OMS volverá a analizar los efectos que una GUERRA NUCLEAR tendría en la salud y en los servicios sanitarios.
De salida...
Como se supuso que Putin reaccionaría ante los ataques a los aeródromos y especialmente al volar el puente de Crimea, su respuesta no podía ser más clara. “No se puede negociar con terroristas”. No habrá ninguna tregua. El atacar directamente a los civiles, va contra las normas de la guerra y no pueden quedar sin respuesta esos ataques.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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