Por orden de aparición en la vida, Fidel Herrera Beltrán (7-III- 1949), es de mayor edad que Dante Delgado (23-XII- 1950) y Yunes Linares (6-XII-1952), pero en su desempeño como gobernadores de Veracruz, Dante Delgado los adelantó porque accedió a la gubernatura en 1988, mucho antes que Fidel (2004) y Miguel Ángel (2016). Sin embargo, los tres respiraron la misma atmosfera en la Universidad Veracruzana, aunque con las consiguientes variantes impuestas por la edad, por supuesto. Los tres demostraron prematuras evidencias de un porvenir destacado, sin duda, fue sobresaliente su tránsito por el ámbito universitario. Cada cual llegó a la gubernatura en circunstancias diferentes, de igual manera gobernaron en contextos nada semejantes. De acuerdo con la verdad histórica ¿quién de ellos dejó mejor huella en la entidad veracruzana? La objetividad obliga a despojarse del subjetivismo personal como vara de medición, lo mismo de la parafernalia propagandística, lo recomendable es apegarse al dato duro de los registros y a la aplicación del recurso público.
Es obvia la diferencia del monto presupuestal que cada uno de estos gobernantes ejerció, también la duración de su permanencia en el poder estatal: Dante cuatro años, Fidel seis y Miguel Ángel dos, esa circunstancia es de tomarse en cuenta a la hora de las mediciones para no incurrir en comparaciones alevosas. No escapa al análisis el detalle del contexto sociopolítico en el cual se desempeñaron como gobernantes Dante, Fidel y Migue Ángel. Cuán diferentes fueron las circunstancias que brindaron la oportunidad para que Dante Delgado asumiera la gubernatura de Veracruz respecto de las imperantes en 2004 cuando Fidel Herrera logra la candidatura priista al gobierno veracruzano, y a las de 2016, cuando Miguel Ángel Yunes Linares como candidato del PAN alcanza a ser el primer gobernador de Veracruz por la vía oposicionista. Dante accede al gobierno como gobernador interino, porque Fernando Gutiérrez Barrios, quién inició el periodo 1986-1992, solicitó licencia al cargo para atender la invitación del presidente Salinas de Gortari para desempeñarse como secretario de gobernación. La legislatura local eligió a Dante como gobernador interino para el periodo 1988-1992, en el contexto nacional el PRI mantenía su hegemonía. Fidel Herrera Beltrán fue candidato priista al gobierno estatal gracias a la decisión del gobernador Miguel Alemán Velasco (1998-2004), Fidel fue el primer gobernador veracruzano electo en este siglo, el PRI ya no gobernaba al país sino Vicente Fox, del PAN, es decir, el gobernador veracruzano ya era oposición. A diferencia del gobernador Dante Delgado la primera legislatura que convivió con Fidel estuvo controlada por el PAN haciéndole férrea oposición; su gobierno fue de seis años y la debacle priista en la presidencia permitió a los gobernadores priistas de ese entonces decidir su sucesión, Fidel escogió a Duarte de Ochoa. El desastroso desempeño de Duarte de Ochoa, combinado con el no menos atroz de Peña Nieto afirmaron las condiciones para que el PAN, abanderado por Miguel Ángel Yunes Linares, ganara en 2016 con suficiencia de votos el gobierno de Veracruz para un periodo constitucional de dos años. Como gobernador de corte panista, Yunes Linares estuvo en el lado de la oposición porque convivió con el gobierno federal priista encabezado por Peña Nieto, del PRI, de 2016 a 2018, aunque ciertamente ya el presidente se ocupaba por su propia sucesión, luego entonces no mostró beligerancia contra Yunes Linares, quien, a su vez, por el corto lapso de su periodo debía dejar testimonio de su paso gestión pública y a la vez preparar las condiciones que favorecieran la sucesión a su gobierno. Es manifiesto que ni con sesudas proyecciones sería honesta una comparación del resultado del ejercicio gubernativo de Yunes Linares respecto del de Fidel y el de Dante, pues fue una escala de gobiernos con periodos de dos, cuatro y seis años. En esa lógica una conclusión apresurada daría momios favorables a Fidel Herrera, pues gobernó seis años, sin embargo, un detenido análisis quizás cambiaría esa percepción, o quizás no a favor de Dante. Ya habrá oportunidad de escrutar con la herramienta de la objetividad ese punto. Es posible adelantar, eso sí, que estos actores políticos han dejado huella en el ámbito nacional y en la aldea veracruzana, ni duda cabe, incluye los claroscuros de su comportamiento, porque hablamos de actores políticos, no de hermanas de la caridad. |
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